Fotografía de Steve Pyke
John Rawls escondió su vida en su obra. No habló mucho de sí mismo; buscó disolver sus convicciones en la aspiración de imparcialidad. Quienes lo conocían sabían que había sido formado en la tradición cristiana y que, incluso, había coqueteado con el seminario. Poco después de su muerte se descubrió en sus archivos un documentito titulado "Sobre mi religión" en el que describe sus encuentros y desencuentros con la fe. No se conocían, sin embargo, textos que recogieran sus convicciones en su etapa de creyente. Ahora ha salido a la luz un documento que había estado enterrado en el Departamento de Teología de Princeton. Es el escrito de un estudiante de veintiún años sobre la fe, el pecado y la comunidad. Ahora se publica como libro.
“La experiencia no es cuanto se vive sino todo el bien que se aprende”. He llegado a la conclusión que hay gente ni mala ni buena… en uno de los polos habría quizá malditillos. Todos los aires juveniles son eso, un no entender. Cuando topa usted con uno que sobrepasa por mucho la edad madura que se sirva del espiar y/o chismear, o con el aprendiz de filo que igual sirve de espiar y/o chismear, comprueba bien uno que no hay siquiera malditillos, hay carajos… Concuerdo, hace falta inescrutación… ¿inopidamente?
Publicado por: Omar Alí Silva Alvarez | 31/03/2009 en 04:34 p.m.
Maravilloso descubrimiento sobre la fe y la relación que esta tuvo con Rawls.
Publicado por: Raúl Zepeda Gil | 31/03/2009 en 05:54 p.m.
Interesantísimo, tengo que leerlo ya. Para el mismo Rawls uno de los elementos más fuertes de la modernidad es la reforma protestante. La tradición liberal, la gran tradición liberal, como la de Rawls tiene en sus fundamentos no la supresión de la religión sino la tolerancia religiosa. Lo que será verdaderamente interesante será pensar si el consenso mínimo no esta predispuesto justamente para un grupo reducido de religiones y en ese sentido es poco tolerante y no tan imparcial.
Además, gran foto de Rawls.
Publicado por: José Ahumada | 31/03/2009 en 07:52 p.m.