Al mismo tiempo que Obama argumentaba por la conciliación de la lucha contra el terrorismo y la legalidad, ordenó que las fotografías que mostraban actos de tortura en Abu Ghraib se mantengan en secreto. La postura, naturalmente, ha indignado a muchos. Phillip Gourevitch, autor de La balada de Abu Ghraib, respalda al presidente. Si era importante hace cinco años conocer las fotografías que mostraban los abusos en la prisión iraní, hoy no aportarían nada y servirían, incluso, como distracción. Gourevitch pasó más de un año viendo esas imágenes preparando un amplio reportaje. No incluyó ninguna en su libro porque estorbaban en la narración de los horrores.
Últimos comentarios