En unas cuantas semanas, los tres partidos han cambiado de dirigentes. Cada uno encontró en su propia tradición, el relevo. Ninguno apostó a la renovación de ideas, ninguno pudo brincar en trampolín, ninguno se despoja de sus inercias. Como si en preparación a la contienda presidencial se vieran forzados a encontrar fuerza en sus hábitos, indispuestos al riesgo de intentar algo nuevo. Aguas viejas.
En el PRI hubo sin duda, un relevo generacional. No se puede negar que el nuevo dirigente representa otra camada de políticos y una experiencia local distinta de la que había dominado la política priista. Pero lo que demuestran el nuevo dirigente del PRI y el puntero de ese partido es que la juventud no implica una puesta al día de las ideas, una revisión de las propuestas, un cambio de estilos. El PRI es el PRI de siempre: refractario a las ideas, hostil a las definiciones, incapaz de ventilar sus diferencias. Maldice el acercamiento de sus antagonistas al tiempo que se enlaza con partidos de truhanes. Vale la pena detenerse en las palabras y en los procedimientos del PRI. El 21 de marzo el dirigente nacional del PRI pronunció un discurso por el nacimiento de Benito Juárez. En una parte de su mensaje dijo lo siguiente para describir al gobierno panista. Se trata de un gobierno, dijo, “que va conduciendo por la derecha y conduce mal; porque conduce viendo al retrovisor y encontrando en su visión por el retrovisor aquellos puntos negros en la sábana blanca.” Guillermo Sheridan ha intentado descifrar el significado de tan profunda reflexión pero sigue sin llegar al núcleo de la parábola: ¡manejar viendo el espejo para encontrar una sábana blanca manchada con puntos negros!
El PAN no tuvo la seguridad para apostar por el futuro. Prefirió una figura aletargada que solo acierta a describir un México bicolor, una historia doblada en dos. Antes del 2000, México vivía la oscuridad de la dictadura más rapaz. Tras la llegada de los dos estadistas del PAN, el país ha vivido en un jardín democrático que sólo estropea la lamentable sobrevivencia de los priistas. Al presidente del PAN le parece una vergüenza nacional que haya estados que voten por un partido que no le gusta. El maniqueísmo de este viejo PAN no se hace cargo de las responsabilidades propias y pretende, tras doce años de ocupar la presidencia, jugar a la oposición, desde el gobierno. Acción Nacional no presenta una plataforma de orgullos. Despliega, nuevamente, la pantalla del miedo: regresarán los priistas para restaurar su dictadura. El Secretario de Educación Pública, aspirante prominente a la candidatura presidencial se ha atrevido a describir la contienda del 2012 como una batalla entre la civilización y la barbarie. La gente decente contra los trogloditas. La civilización somos nosotros, llegó a decir, palabras más o menos. Un agente del pluralismo atribuyéndose el monopolio de la civilización en el país de los salvajes.
El PRD acertó al reconocer su partición. No resolvió sus diferencias y convirtió a su dirigencia en un tapón. Acción y veto incrustados en el mismo liderazgo. La vieja disputa del partido sigue sin resolverse. Nadie gana pero el partido consigue tiempo. Habrá demasiada animosidad entre las muchas familias del PRD, pero siguen viviendo bajo el mismo techo. La solución reciente no le ofrece un trampolín al partido para brincar con decisión a la elección presidencial del año que viene, pero a fin de cuentas, evitó la fractura que algunos anticipaban. El PRD superó con éxito un peligro grave. Fuera del partido, con la ambigüedad institucional de siempre, Andrés Manuel López Obrador echó a andar su campaña por la presidencia presentando su programa de gobierno. No encuentro ideas nuevas en su proyecto: la misma lógica conspiratista, el mismo voluntarismo moral, idéntico desinterés por el mundo. Pero no puede desconocerse que en su movimiento hay una energía política extraordinaria que puede seguir dando sorpresas.
Professor:
¿Se vale soñar?
Nunca olvidaré a un taxista de León Guanajuato, a mi vuelta por ahí del 93 o 94, al preguntarle por el papel que estaban haciendo (mis conocidos) los panistas en el poder. (Despues de las componendas que me había tocado presenciar.)
Mire, me dijo, ya lo que queremos es que se vayan los pendejos, aunque vuelvan los rateros. Al preguntarle si no prefería que gobernaran los farsantes (como algún conocido del PRD), me responde, todos son iguales, pero esos son peores.
¿Que tal si los ciudadanos declaramos un Détante, una relajación? Exigimos que se pongan todos de acuerdo a no discutir, que se dediquen a hacer Buen Gobierno por un sexenio.
Que nos concedan un candidato de unidad de todos los partidos...que se pongan a trabajar.
¿Se vale soñar?
F
p.s. el aspirantismo es una enfermedad tan difundida que ya nadie quiere trabajar
Publicado por: FMGARZAM | 28/03/2011 en 09:46 a.m.
A riesgo de arruinar el genial concurso de alegorías confusas de Sheridan, me parece que la sábana con puntos negros es una figura cuasi-poética (por chabacana) de la paz (una tela blanca) acribillada por los balas (puntos negros) de la estúpida guerra contra el narco.
Publicado por: J | 28/03/2011 en 09:05 p.m.
J:
Me mortifica que consideres estúpida a la "guerra contra el narco".
¿Crees que el combate, y búsqueda de castigo a los delitos, del crimen organizado sea estúpido? (no me gusta el término narco.)]
Metiéndome en terrenos de Russell Jacoby, ¿Podrías pensar que la guerra es entre facciones internas del crimen organizado? ¿Quizá la búsqueda, de las facciones del crimen organizado, de la suplantación del estado?
Haciendo a un lado a Sun-Tzu y otros teóricos de la guerra ¿Acaso el gobierno no está cumpliendo con su obligación?
DATE UNA VUELTA A AFGANISTÁN TAMAULIPAS. SI ACASO TIENES EL VALOR PARA ANDAR POR ALLÁ. YA NO DIGO DE NOCHE, AUNQUE SEA DE DÍA.
¿TIENES IDEA DE LOS ÉXODOS? Pregunta a la gente sobre el éxodo de los Tampiqueños, por dar un ejemplo.
F
Publicado por: FMGARZAM | 29/03/2011 en 08:39 a.m.
F,
Mi comentario era muy modesto. No merece la receta de Sun Tzu, Clausewitz (no lo escribiste pero seguro lo pensaste)y Jacoby (no tengo el gusto).
JSHM hace referencia a una alegoría confusa perpetrada por el líder del PRI, y lo liga a una divertida sátira de Sheridan en Letras Libres. En ella se explica la parte obvia de la alegoría: el gobierno es como un chofer tonto que conduce un auto mientras ve por el retrovisor. Lo que los dialogantes no logran dilucidar es qué quiere decir la sábana con agureros negros.
En ese contexto, puedes leer mi post como mi interpretación simplona de lo que Moreira quería decir: un chofer que observa los resultados de su estupidez, es decir, un gobierno que observa los resultados de la guerra contra el narco, representada por posibles marcas de bala en una pacífica tela blanca.
Pero ya que lo mencionas esta es mi opinión: No creo que la decisión estratégica de usar el monopolio de la violencia legítima contra un grupo paramilitar que pone en riesgo tal monopolio, y con ello el fundamento mismo del estado, sea estúpida. Es una acción de sobrevivencia elemental. Otra cosa es la instrumentación. Se puede tener una decisión estratégica válida (o necesaria si quieres) y una operación estúpida. Y eso es lo que probablemente define a la guerra del presidente.
Publicado por: J | 29/03/2011 en 04:35 p.m.
J,
Entendido. Aliviaste mi mortificación.
De hecho todas las guerras son estúpidas, a mayor o menor grado.
La verdad es que el discurso y lo del manto alegórico reflejan un nivel intelectual digno de acompañamiento con música de tambora.
F
p.s. El rumor aquí en Monterrey es que, localmente, ya se pasó la cresta de la ola ¿Será?
Publicado por: FMGARZAM | 29/03/2011 en 06:48 p.m.
Los priistas y ex-priistas (algunos ahora Perredistas) critican sin cesar ésta "guerra" cuando fueron ellos quienes produjeron, alentaron y solaparon al crimen organizado por varias décadas. Le deben a México un mea máxima culpa...por lo menos.
Publicado por: Benito | 27/04/2011 en 01:25 a.m.