Christopher Domínguez escribió en el suplemente cultural del Reforma un artículo sobre el romanticismo de Octavio Paz que dialoga de algún modo con la reflexión de José Antonio Aguilar sobre el liberalismo en Paz y Vargas Llosa:
Nunca quiso ser Paz un pensador sistemático ni intentó, como Blake, ser un profeta o volver, como lo quiso Pound en su batalla contra la usura, su propia poesía en una historia "particular" de la infamia. Paz es un romántico desengañado: sueña con una religión de la poesía, pero lo despierta un escepticismo que le impide, en su sentido religioso, el entusiasmo. El hechizo del mundo termina con la crueldad de los sueños utópicos hechos realidad política. Sólo el poema, una vez, vuelve a encandilar al poeta.
El tema lo ha pensado bien Yvon Grenier en Del arte a la política. Octavio Paz y la búsqueda de la libertad, publicado por el Fondo de Cultura Económica.
Me topo con la nota de Jesús sobre el romanticismo de Paz y me detengo en la observación de Christopher Domínguez: "Paz es un romántico desengañado". Antes ya había escrito en mi blog: "El estudioso del liberalismo José Antonio Aguilar Rivera ha publicado un artículo puntilloso sobre el carácter del liberalismo en Mario Vargas Llosa y Octavio Paz. En Vargas Llosa y el liberalismo antirromántico (Nexos, 01.04.2011.,) escribe Antonio Aguilar Rivera: 'Me parece que la defensa que hace el peruano del liberalismo es capital. Lo es porque ha renunciado al ensueño romántico de la comunión. La suya es una concepción modesta de lo que el liberalismo puede y debe hacer en el mundo. La comparación en este respecto con Octavio Paz, otro gigante, es instructiva.' Más adelante Rivera se pregunta '¿Pero por qué tendría que responder el liberalismo a la mitad —o a un cuarto— de las preguntas que nos hacemos? ¿Qué tipo de oráculo nos imaginamos que es?' Y a continuación Rivera da su respuesta 'Para quien anhele la comunión el liberalismo será, indefectiblemente, deficiente.' Precisamente Paz creía en la comunión, pero no porque se encontrara en el liberalismo, sino en otros órdenes de la vida espiritual, como en la poesía. Creo necesaria la idea de comunión en Paz para ejercer la crítica permanente al liberalismo, con la crítica el liberalismo recobra salud y vigorosidad. El carácter del liberalismo de Vargas Llosa tiene sus orígenes en la lectura de Hayek y Karl Popper, el de Paz en la tradición del liberalismo sociológico de Tocqueville y Max Weber. La pertinencia del liberalismo de Mario Vargas Llosa es crucial en nuestros días -como bien observa Aguilar Rivera- en un escenario de populismo y antiliberalismo en América Latina, así como en su momento lo fue la voz romántica del poeta mexicano Octavio Paz para denunciar las dictaduras del tiempo nublado que corrían en esos días en Sudamérica."
Ciudad de México a 07 de abril de 2011.
http://noehernandezcortez.wordpress.com/
Publicado por: Noé Hernández Cortez | 12/04/2011 en 09:43 a.m.
Los enajenados con la palabra romántico, repitanla todo lo que quieran, Paz no fue romántico, la antropofagia y la filia interesada les impide ver más que eso. De hecho Paz le da mucho en la torre al thing thank de LL ahora, que vóraz, pretendidamente incorrecto, nos viene con sus recetas desgastadas. Seco el pozo de las ideas, la ideita se muerde la cola, el ideal genuflexo. Románticos los intelectuales de bajo pelo... anímense a llamarse orgánicos, no develan nada. La rueda del molino la empuja una vaca que pasta, o peor, burros y mulas.
Publicado por: Aaron Cerna | 13/04/2011 en 02:36 a.m.
pero lo despierta un escepticismo que le impide, en su sentido religioso,
Publicado por: ray ban sunglasses | 14/04/2011 en 01:45 a.m.
Verdaderamente horrible, Paz dizque compilado en un aspecto fatuo por Nexos con el asegunde acomodado al blog de los peones de siempre, de Letras Libres. Lo que Paz no da o para lo que no les alcanzó, Salamanca tampoco da muchachos. Echenle ganas.
Publicado por: Abel Aispiru Fitcher | 14/04/2011 en 02:44 p.m.
que no les alcanzó, Salamanca tampo
Publicado por: Pandora Australia | 15/04/2011 en 09:55 p.m.