Barack Obama es uno de los hombres más brillantes y elocuentes que ha vivido en la Casa Blanca. Una mente bien equipada y ordenada, una cabeza extraordinaria, un comunicador excepcional. Su campaña dio muchas muestras de esa razón que trasmite: una inteligencia persuasiva que logró remontar todos los obstáculos hasta conseguir la presidencia de su país. Su admirable autobiografía, sus discursos sobre el problema racial en los Estados Unidos, sus mensajes a la Convención Demócrata, sus palabras en Estocolmo al recibir el Nobel de la Paz son muestra de una razón que se desenrolla públicamente, que hilvana la historia con el presente, que conecta ideas y valores con la experiencia del día. No era la suya una inteligencia abstracta, sino, más bien, una forma de sensibilidad, un olfato que relataba un cuento colectivo, un cuento del que valía la pena formar parte. Obama reivindicaba en su campaña la política argumentativa. Se montaba en las tecnologías más modernas pero usaba el instrumento más viejo: la palabra. El liderazgo político, sin embargo, es más, mucho más que inteligencia retórica. Lo podemos constatar ahora con su presidencia: el diestro de la palabra ha resultado un torpe en el gobierno.
El desencanto que ha producido su gestión tiene, por supuesto, muchas fuentes. La crisis que heredó ha sido mucho más profunda de lo que imaginaba inicialmente; sus efectos, sobre todo en el empleo, han sido terribles. Ha enfrentado también una oposición recalcitrante. Pero en la irritación que causa en unos y la decepción que provoca en otros, Obama tiene mucha responsabilidad. Mi impresión es que su error capital fue creer que la superación de la polarización ideológica implicaba la superación del conflicto político. Esa fue su idea elemental: salir de la prisión ideológica que dividía a los Estados Unidos. Tras la presidencia de Bush, Obama hablaba de la necesidad de escapar del radicalismo, de la cerrazón ideológica, de esa política binaria que, a su juicio, tanto daño provocaba. Obama quiso ir más allá de los partidos de derecha e izquierda. Más que un plan de gobierno parecía que en ocasiones ofrecía una filosofía para la convivencia: entendimiento, tolerancia, cohesión. Claro: tenía ideas sobre las políticas que había que reformar, pero lo importante para él era esa perspectiva moral de la sociabilidad.
La presidencia fue el primer cargo ejecutivo de Obama. Había sido abogado, activista, profesor, legislador. De pronto, vivía en la Casa Blanca y era titular de un poder que no se comparte. Imagino que la carga de la responsabilidad ejecutiva sacó de eje al predicador del consenso. Seguramente confió que su disposición al diálogo desactivaría la política de odio que muy pronto se desató en su contra. El efecto fue el contrario: a la inquina de sus enemigos se agregó la decepción de sus aliados que nunca lo han visto pelear. Los radicales de la derecha pelaban los colmillos, mientras él seguía flotando, imperturbable con sonrisa impecable y perfecta dicción. Tuvo mayoría en ambas cámaras en el primer tramo de su gestión pero nunca pensó la política legislativa en términos mecánicos. Hasta cuando no lo necesitaba, soñaba con el acuerdo. Quiso ser el gran puente entre los partidos: el eslabón que reconcilia las mitades enemigas de su país. Hoy enfrenta la furia de sus enemigos y la decepción de sus aliados. Y la polarización es más aguda que nunca.
En su autobiografía, Barack Obama describe su búsqueda personal, el largo camino para encontrar su identidad, su sitio, su nombre. En un pasaje revelador, habla de un descubrimiento temprano. En la adolescencia se percató que los negros eran vistos con desconfianza por los blancos. Cualquier cosa servía para ratificar la validez del prejuicio: violentos, peligrosos, indignos de fiar. Fue entonces cuando descubrí, escribe Obama, que había una forma de tranquilizarlos: sonreír y actuar con suavidad. No hacer nunca movimientos bruscos que los pudieran espantar. Un negro de buenas maneras que no está enojado tranquiliza a los blancos. Tal vez tropiezo con un psicologismo elemental al advertir que en ese descubrimiento temprano estaría una trampa que sellaría la política del presidente Obama. Jamás apretar la quijada, no enojarse nunca, no levantar la voz, no hacer jamás movimientos rudos. Sonreír y hablar con elegancia. En aquella lección del adolescente está tal vez la claudicación del líder. Si algo resulta frustrante de su gestión es precisamente su indisposición a dar la batalla por sus iniciativas, la falta de nervio en su argumento, la claudicación en el debate público. Si la política se hace con la boca, necesita atreverse a mostrar los dientes. Sin disposición al conflicto, sin arresto para la pelea, sin voluntad de combate no puede haber dirigente.
Professor:
Resultados. Tu juicio es demasiado
temprano. Hay quienes escriben sobre grandes resultados para un primer término, "Reagan like".
La herencia es nefasta un enorme déficit por dos guerras tipo Seinfeld, acerca de nada.
Allá los dientes se sacan en privado, a través de interpósitas personas, en forma soterradas, y en las campañas de reelección.
El mayor problema de ellos es que el safeheaven del mundo, especialmente del dinero del mundo, se ve manchado por una pelea política medio chantajista (votas así y te acuso).
¿Me pregunto si el voto secreto en ciertos asuntos pudiera ayudar a aliviar al legislativo?
Publicado por: FMGARZAM | 08/08/2011 en 09:02 a.m.
En el texto se habla del líder tradicional.En el mundo continúan dirigiendo los líderes tradicionales para continuar el statu quo.
Publicado por: Ricardo C Navarro | 08/08/2011 en 10:27 a.m.
1791.- No era ni es la era de la época de Obama. está más allá de la aceptación de la mediania de intereses americanos, en donde su paradigma es irreconocible por actual, los atavismos por retrógradas son mayoría.
Publicado por: Benjamín Sandoval Córdova | 08/08/2011 en 12:31 p.m.
Tal vez estas tambièn perplejo en su estrategia de no alertar ni alterar blancos, asi no sean de descendencia anglosajona...creo que el aun tiene opciones muy profundas que hacer...aùn tiene espacio para sorprender de manera tranquila, elegante pero radical..creo que el obedece a un destino històrico y no a un interese temporal
Publicado por: alberto | 08/08/2011 en 12:36 p.m.
Chucho comparto el sentido crítico pero no te equivoques. ¡Mira en esta y otras fotos las suelas de sus zapatos!
Publicado por: Omar Alí Silva Alvarez | 08/08/2011 en 02:18 p.m.
Agrego: ¿En donde quedó la "grace under pressure"?
Según aprendí en la escuela de "The West Wing" el hombre más confiable y encargado de partirle su mother a los otros es el chief of staff. Lo dijo el presidente Bartlet, lo hacía Leo.
Creo que este Bill Daley tiene la testosterona de un político mexicano, que nunca le da una tunda a nadie, no se parece en nada a Don Richard Daley.
Si Obama es listo, además de inteligente, debe empezar su campaña de reelección con claros j'acusse a los Republicanos.
Publicado por: FMGARZAM | 08/08/2011 en 06:34 p.m.
Si Barack Obama es "uno de los hombres más brillantes y elocuentes que ha vivido en la Casa Blanca." Y además cuenta con "una mente bien equipada y ordenada, una cabeza extraordinaria" y es "un comunicador excepcional" ¿porqué entonces durante su campaña durante un discurso dijo que había visitado los 55 estados de la Unión Americana y le faltaban 5 más? ¿Porqué le es tan difícil dar un discurso sin su teleprompter? En ocaciones lo ha llevado hasta las escuelas primarias para hablar con niños. ¿Porqué si es un lider fuera de serie, le costó tanto trabajo pasar su agenda legislativa los dos primeros años de su gobierno cuando tenía mayorías en las dos cámaras? ¿Porqué si es tan buen lider, votó tantas veces "presente" durante su corta carrera como legislador estatal? ¿Porqué le cuesta tanto trabajo tomar una posición? ¿Porque como senador votó en contra de levantar el tope de endeudamiento e inclusive mencionó que era una muestra de liderazgo? ¿Porqué nunca propuso un plan propio para lidear con el deficit de presupuesto? ¿Dónde está el gran lider?
¿Porqué Obama continua las políticas de Bush? Guantanamo sigue abierto, Afganistan e Iraq no se les ve fin, gasto excesivo de gobierno, aumento del tope de deuda, etc.
La verdad es que Obama no estaba listo para ser presidente. No tenía ni tiene la experiencia y convicción para serlo. En mi opinión la muestra mas clara de inexperiencia y arrogancia fué cuando declaró durante su discurso de aceptación a la candidatura demócrata que ese era el día en que el nivel de los mares dejaría de subir?
Obama recibió una economía en picada pero como senador por Illinois votó siempre en favor de propuestas de ley responsables por el gran desastre económico que vivimos. Subsidios a la agricultura y etanol. Préstamos sin garantias a gente que no puede pagar. Rescates irresponsables a empresas. Pensiones a burócratas impagables en el futuro.
Ojala y Obama sea presidente por un solo término.
Publicado por: Jorge | 08/08/2011 en 11:39 p.m.
Te equivocas de cabo a rabo cuando dices que el error de Obama ha sido tratar de ser demasiado conciliador. ¿Olvidas que estás hablando con el presidente que aplicó unos monstruosos bailouts y que hizo aprobar a ultranza su programa de seguradad social a pesar de tener la radical oposición de todo el Partido Republicano? Si Obama de verdad fuera el político conciliador que prometía su discurso jamás hubiese impuesto (esa es la palabra) ninguna de estas dos medidas clave de su gobierno y su posición política sería más fuerte.
Escribes esta reflexión al calor de las inevitables concesiones que Obama se vio obligado a hacer para evitar la default y con resabios de tu vieja fascinación por Obama, pro lo cierto es que al actual presidente de Estados Unidos le iría mejor si los dos primeros años de su gobierno hubiese gobernado desde el centro, con genuino espíritu de consnso. De esa forma, quizá, el Partido Demócrata sería hoy mayoría en el Congreso y no veríamos tan vergonzosos espectáculos como los que nos ofrece hoy el Tea Party.
Publicado por: Pedro Aguirre Ramírez | 09/08/2011 en 08:12 a.m.
SEGUNDO AGREGADO:
Primero una broma ¿sigues endiosado
con Hillary? hay una pre-campaña para recordar el anuncio de la llamada a las 3.00AM ¿Quien quisieras que contestara?
Entiendo (¿tú dixit?) la política es el reino de lo posible.
Me dio curiosidad ver el discurso de ayer, el contenido, no el gesto, es sumamente agresivo, prácticamente anuncia un futuro diferente. De impuestos y cortes en gastos sociales. Creo implícito el corte en militar.
Never underestimate an Illinois' politician.
Publicado por: FMGARZAM | 09/08/2011 en 09:58 a.m.