Hace casi medio siglo Hannah Arendt presenció el juicio a Adolf Eichmann y escribió un reportaje sobre el proceso para el Newyorker. Poco tiempo después se publicó como Eichmann en Jerusalén. El texto se convirtió en uno de los ensayos filosóficos más perturbadores del siglo XX. Arendt se sorprendió al escuchar el testimonio de este hombre acusado de conducir al exterminio a cientos de judíos. No era el villano que esperaba sino un burócrata gris. De ahí que se refiriera a él como una rueda más de un engranaje administrativo, un hombre que representaba la "banalidad del mal." El podcast más reciente de "Grandes ideas" del Guardian se dedica precisamente a esa polémica noción de Hannah Arendt. El diario acompaña la emisión con un ensayo de Elisabeth Young-Bruehl, autora de un valioso trabajo sobre Arendt.
La filósofa Judith Butler escribe también sobre ese ensayo clásico. El argumento central de Arendt es que el nazismo logró someter el pensamiento. Lo que Hitler banalizó fue el fracaso del pensamiento. Para Arendt, dice Butler, no pensar puede ser genocida.
El "podcast" del Guardian es muy bueno.
Éste es uno de los temas urgentes que deberían estarse discutiendo en México ante los horrores que vivimos.
Publicado por: Luis A. Navarro | 22/08/2011 en 09:30 p.m.
Es excelente la reflexión. No existe peor castigo para álguien que la indiferencia, la palabra banalidad cuando tiene una dirección es descomunal para el ego
Publicado por: Carlos8a8a | 30/08/2011 en 02:21 p.m.
La más polémica 'aplicación' del ensayo de Arendt es la de Ward Churchill, en donde el 'Eichman' contemporaneo adquiere una figura insospechada...
http://www.kersplebedeb.com/mystuff/s11/churchill.html
Publicado por: Juan | 31/08/2011 en 01:28 a.m.