Alberto Manguel celebra la nueva traducción de Gargantúa y Pantagruel que ha puesto en circulación Acantilado, en versión de Gabriel Hormaechea. Rabelais es para Manguel "uno de los espíritus más sagaces, más cómicos y más avanzados de todos los tiempos, y uno de los más grandes artesanos de lengua francesa."
Leyendo a Rabelais hoy, gracias a Hormaechea, en su calidad de contemporáneo, me pregunto qué escribiría Rabelais sobre la condición de su pobre patria en estos días. La educación humanista que defendía contra "los asnos de la Sorbona" se está convirtiendo, bajo el gobierno de Nicolas Sarkozy y sus acólitos, en simple adiestramiento para siervos destinados a industriales y banqueros; la medicina higiénica que preconizaba contra los ineficaces e insalubres métodos de su época apenas resiste hoy los cortes financieros y las privatizaciones; sobre todo, la alegre inteligencia con la que batallaba contra la necedad y el obscurantismo es hoy menospreciada como improductiva. "¡Pensad menos, trabajad más!" fue hace dos años la recomendación de la entonces ministra sarkoziana Christine Lagarde. Contra tales abominaciones, ¿qué hubiese podido hacer el autor de Gargantúa?
Professor:
En mi caso, de poca ilustración y lustre, me llama la atención más el último párrafo. Incluida la cita de Cleese, que parece Marx con historia tragedia y luego farsa (parodia).
A veces veo a Francia como un lugar medieval con alguna que otra vena avanzada y hasta muy avanzada (ingenieros, médicos, científicos, industriales y banqueros).
Encuentro una vena cómica y quizá hasta intencional en Manguel: "Para oponerse al anquilosado escolasticismo de su siglo" (XVI) Rabelais escribe la obra.
Yo diría que: Para oponerse al anquilosado humanisticismo de su siglo
(en Sorbona et al) Sarkosy y Largarde
hacen un llamado al trabajo productivo. Al parecer no hacen un llamado para que la gente deje de ilustrarse enriqueciendo el espíritu mediante la letras. Solamente los llama a existir económicamente en forma positiva y abandonar el tradicional pienso y luego sigo pensando.
¿Será lo mismo 500 años después?
Pregunto al Professor: ¿Como es posible
que el escolasticismo en Francia fuera retrogrado (cuando menos para Rabelais) y que en España fuera de Vanguardia, como en
la Escuela de Salamanca, casi simultáneamente?
Publicado por: FMGARZAM | 20/12/2011 en 04:04 p.m.