El poeta Charles Simic está escribiendo un libro de ensayitos breves y lo está soltando poco poco en entregas del New York Review of Books. Ahora publica una nota bellísima sobre la vejez, la ilusión de serenidad y los aprietos políticos de Estados Unidos. Escribe ahí:
Me cuestra trabajo decir si, ahora que rondo los setenta, entiendo el mundo mejor de lo que lo entendía cuando era más joven. Sospecho que la verdad debe ser que sí y que no, pero eso no me permite descansar mejor en la noche. Como otros que envejecen, esperaba que después de todo lo que he vivido y aprendido en la vida, alcanzaría calma olímpica y me enteraría de las noticias del día con desapego, como si fuera un fragmento de una vieja película mala que he visto muchas veces. No me ha pasado eso.
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