Stanley Fish escribe un artículo en el New York Times sobre el nuevo libro de Martha Nussbaum sobre el amor y la justicia. La justicia, dice Nussbaum, no puede construirse con ladrillos estrictamente institucionales: requiere cultivar sentimientos de reciprocidad. Correspondería al poder público sembrar esas emociones con el ejemplo, las ceremonias públicas, el arte.
Malcolm Thorndike Nicholson, por su parte, critica a Nussbaum en Prospect. Nussbaum ha creado una industria de reflexiones morales que emplea a los clásicos de la literatura no solamente para ilustrar su filosofía, sino para desarrollarla. El problema es que el recurso se convirtió en una fórmula y una excusa para dejar de pensar rigurosamente. La idea de una política de amor no deja de ser preocupante para una sensibilidad liberal.
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Aquí puede leerse una entrevista con Nussbaum sobre su libro.
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