El Financial Times invita a comer a Martin Amis. El maldentado habla del pleito con Terry Eagleton y la extraña decisión de empezar a dar clases: una vulgar curiosidad sobre la juventud y la necesidad de leer grandes libros. La curiosidad, advierte, es sociológica, no literaria. Humillante eso de leer escritores más jóvenes que uno.
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