Algunos comentarios ha recibido mi artículo sobre las responsabilidades del papa en los escándalos sexuales de la Iglesia. En buena medida cuestionan que haya adoptado como fuente los reportajes del New York Times. José Luis Robles pide que los artículos del Times sean leídos junto con la extensa respuesta del Cardenal William Levada, sucesor de Ratzinger al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe. En su comentario a mi artículo José Luis Robles ofrece una traducción. Aquí puede verse el original en inglés. En defensa del NYT han salido, además de Andrew Sullivan, Chris Rovzar y Michael Calderone. No todos están con el diario neoyorquino, naturalmente. E. D: Kain y el padre Thomas Brundage cuestionan los reportajes del periódico. El exorcista italiano Gabriele Amorth lo ve más claro: ha descubierto quién está detrás de los artículos del New York Times. Los ataques de los medios al Papa han sido impulsados por el mismísimo diablo.
Como fuente para conocer la postura del Vaticano, recojo la sugerencia de consultar zenit.org: "el mundo visto desde Roma." María José de Fonseca envía a este blog el artículo de Tomás Cuesta publicado en el abc donde se argumenta que el caso es el triste retrato de un tiempo huérfano: la criminalización sumaria de un hombre al que no se permite defensa: "El escenario de las guerras culturales es una letrina de iletrados y, en lugar de un Watergate de agua bendita, asistimos a una inundación de aguas fecales."
En el Wall Street Journal William McGurn cuestiona uno de los reportajes del NYT. El diario admitió acríticamente la versión de los abogados que representan a las víctimas. Nadie ha hecho tanto como Benedicto XVI para castigar a los culpables y atender a las víctimas.
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